La mente musical del director creativo
Nuestra responsabilidad como directores y maestros es involucrar a los estudiantes en el proceso de toma de decisiones tanto como sea posible (independencia musical); esto permitiría que los aspectos cognitivos de los alumnos crezcan y se conecten con un proceso artístico más activo.
“Involucrar a los estudiantes” no se trata de darles instrucciones a seguir, sino de permitirles experimentar una inmersión completa, de lo mental, físico, social, cognitivo, intuitivo e inteligencia, en los ensayos y/o en las presentaciones.
Cuando el director está inmerso en la creación musical, la partitura ya no es necesaria, sino el "momento", el "ahora".
La comprensión musical de cada instrumentista debe de ser trabajado hasta el mismo nivel. Esto mostraría cuán efectiva e incluyente es la enseñanza.
"Enfócate en la música que se está haciendo", no en las notas ni en los errores. Esto es cierto tanto para los ensayos como para las presentaciones.
No permita que "la detección de errores, la repetición sin fin y la interpretación dictada" sean el lema del ensayo.
Calentamientos: "No usar notas escritas, permite a los estudiantes expandir y ejercitar sus habilidades auditivas". El circulo de 4tas: "todo lo que querías saber sobre música"
El pensamiento tradicional requiere que la figura de los directores sea la que establece el pulso de los ensambles. Pero el pulso debe ser sincronizado y establecido por los instrumentistas, con los sentimientos internos que se transmiten en la música; utilizando el "sistema de comunicación invisible" o pulso de ensamble interno.
La repetición y uso de metrónomos percutivos no resuelve el problema de pulso interno. El pulso interno debe sentirse y experimentarse para así alinear el ensamble. La clave está en la conexión mente-cuerpo.
Traducido con permiso
"La mente musical del director creativo" Capítulos I-III